Este lugar es simplemente mágico, está ubicado en un hermoso valle rodeado de montañas. La habitación es súper cómoda, incluso mi pareja embarazada tuvo una excelente experiencia durmiendo en los futones. Los onsen son una maravilla, tranquilos y sin prejuicios sobre tatuajes. Además, la comida es exquisita, con un servicio personalizado y atento. El personal se asegura de que no nos falte nada. Definitivamente volvería si tuviera la oportunidad.

Aunque hay paisajes hermosos en el camino, el transporte desde Minobu hasta el hotel tarda aproximadamente una hora.